DÍA DE SAN JOSÉ, OBRERO (DÍA DEL TRABAJO)
Hoy la
Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a san José, obrero.
Pablo VI se
ha expresado al respecto: "Vosotros, los hijos del trabajo, que durante
siglos habéis sido los esclavos de la labor, buscad a aquel que declara que la
vida es sagrada, que el obrero es libre de las cadenas que la primacía del
materialismo y del egoísmo económico ha soldado no sólo en torno de los puños
de los trabajadores, sino en torno de su corazón y de su espíritu... Buscad un
principio, una razón que haga a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que
les devuelva la fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres... Ya
que todos viven en una comunidad natural, que traten de formar una sociedad
humana y que sientan la grandeza de ser un pueblo".
"Si
toda la Iglesia está en deuda con la Virgen María, ya que por medio de ella
recibió a Cristo, de modo semejante le debe a San José, después de ella, una
especial gratitud y reverencia."
ACORDAOS
Acordaos,
oh castísimo esposo de la Virgen María y amable protector mío San José, que
jamás se ha oído decir que ninguno haya invocado vuestra protección e implorado
vuestro auxilio sin haber sido consolado. Lleno, pues, de confianza en vuestro
poder, ya que ejercisteis con Jesús el cargo de Padre, vengo a vuestra
presencia y me encomiendo a Vos con todo fervor. No desechéis mis súplicas,
antes bien acogedlas propicio y dignaos acceder a ellas piadosamente. Amén.
MODELO DE TRABAJADOR
Glorioso
San José, modelo de cuanto deben trabajar con el sudor de su frente,
conseguidme la gracia de considerar el trabajo como expiación, para satisfacer
tantos pecados. Hacedme trabajar en conciencia, prefiriendo el fiel
cumplimiento de mis deberes a mis inclinaciones caprichosas; haced que trabaje
con agradecimiento y alegría, poniendo todo mi empeño y honor en aprovechar y
desarrollar, por medio del trabajo, todos los talentos que he recibido de Dios.
Mandadme trabajar con tranquilidad, moderación y paciencia sin que me
atemoricen el cansancio y las dificultades. Inspiradme a menudo pensamientos en
la muerte y en la cuenta que he de rendir del tiempo perdido, de los talentos
malgastados, de las omisiones y de toda vana complacencia en éxitos obtenidos,
tan contraria al honor de Dios. ¡Todo según vuestro ejemplo, oh Patriarca San
José!
A SAN JOSÉ
OBRERO
Nos
dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien
conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu
Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal
que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras
necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la
promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el
pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto. Se tú el solícito guardián de
nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu
ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así
poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
ALABANZAS
Oh glorioso
Patriarca, San José, a Vos vengo para veneraros de corazón como al más fiel
esposo de la madre de Dios, como cabeza de la familia más santa, como padre
nutricio del Hijo de Dios, y como el leal depositario de los tesoros de la
Santísima Trinidad.
En vuestra
persona honro la elección del Padre que quiso compartir con Vos la autoridad
sobre su Unigénito Hijo; venero la elección del Hijo divino quien quería
obedeceros y recibir su sustento ganado por el trabajo de vuestras manos; la
elección del Espíritu Santo, quien os confió su castísima esposa.
Os ensalzo
porque habéis llevado en vuestras manos al Niño Dios, estrechándole a vuestro
pecho, transportado de alegría.
INVOCACIÓN
A SAN JOSE
DE JUAN
XXIII
¡San José,
guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el
perfecto cumplimiento de tu deber. Tu mantuviste a la Sagrada Familia de
Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se
vuelven confiadamente a ti. Tu conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos
se dirigen a ti porque saben que tu los comprendes y proteges. Tu también
supiste de pruebas, cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones
materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de
verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios que te
fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén.
PARA PEDIR
UN FAVOR
Amadísimo
Padre mío San José: confiando en el valioso poder que tenéis ante el trono de
la Santísima Trinidad y de María vuestra Esposa y nuestra Madre, os suplico
intercedáis por mí y me alcancéis la gracia... (hágase aquí la petición).
José, con
Jesús y María, viva siempre en el alma mía.
José, con
Jesús y María, asistidme en mi última agonía.
José, con
Jesús y María, llevad al cielo el alma mía.
Padre nuestro,
Ave maría y Gloria.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.