ORACIONES DE LA MAÑANA
Cristo en la CruzProcura levantarte cada día a una hora fija y temprano. Así tendrás tiempo para todo.
Te levantarás con prontitud, fervor y modestia:
Hecha devotamente la señal de la Cruz y, después de haberte vestido y arreglado (pues estarás en presencia de Dios especialmente al ofrecer tu día), puedes rezar las siguientes oraciones, y mejor si lo haces de rodillas, delante de alguna imagen.
Por la mañana, al medio día y por la noche reza el "Angelus" o el "Regina Caeli""
Rezar cada cierto tiempo alguna jaculatoria te mantendrá en presencia de Dios y te evitará caer en pecado.
Señor Dios Omnipotente, que nos has permitido llegar al principio de este día, guardanos hoy con tu poder, para que no caigamos en pecado, antes bien, todos nuestros pensamientos, palabras y obras se dirijan a cumplir tu Santa Ley.
Padre Nuestro, Ave María, Credo en Dios Padre.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave María
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Credo en Dios Padre
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurección de la carne y la vida eterna. Amén.
Señor Dios del Cielo y de la tierra dígnate dirigir, santificar, guiar y gobernar en este día nuestros corazones y nuestros cuerpos, nuestros sentidos, palabras y acciones según tu Ley y por el camino de tus mandamientos, para que aquí y en la eternidad merezcamos, por tu favor, ser salvados y libres. ¡Oh, Salvador del mundo!, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Nuestra Señora del CarmenEncomiéndate a la Santísima Virgen, diciendo:
¡Oh Virgen y Madre de Dios! Yo me entrego por hijo tuyo, y en honor y gloria de tu pureza, te ofrezco mi alma y cuerpo, mis potencias y sentidos y te suplico me alcances la gracia de no cometer jamás pecado alguno. Amén.
Madre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. – Madre aquí tienes a tu hijo. En ti Madre mía dulcísima e puesto toda mi confianza, jamás quedaré confundido. Amén.
Ave María.
Angel de Dios que eres custodio mío; ya que la soberana Piedad a Ti me encomendó, ilumíname, guíame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.