jueves, 23 de febrero de 2017

LECTURA Y EVANGELIO DE HOY

LECTURA Y EVANGELIO DE HOY
PRIMERA LECTURA
Un amigo fiel no tiene precio
Lectura del libro del Eclesiástico 6, 5-17

Una palabra amable multiplica los amigos, y aleja a los enemigos, y la lengua afable multiplica los saludos.

Sean muchos los que estén en paz contigo, pero tus confidentes, solo uno entre mil.

Si haces un amigo, ponlo a prueba, y no tengas prisa en confiarte a él.

Porque hay amigos de ocasión, que no resisten en en día de la desgracia.

Hay amigos que se convierten en enemigo y te avergüenzan descubriendo tus litigios.

Hay amigos que comparten tu mesa y no resisten en el día de la desgracia.

Cuando las cosas van bien, es como otro tú, e incluso habla libremente con tus familiares.

Pero si eres humillado, se pone contra ti y se esconde de tu presencia.

Apártate de tus enemigos y sé cauto incluso con tus amigos.

Un amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro.

Un amigo fiel no tiene precio y su valor es incalculable.

Un amigo fiel es medicina de vida, y los que ten al Señor lo encontrarán.

El que teme al Señor afianza su amistad, porque, según sea él, así será su amigo.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL


Sal 118, 12. 16. 18. 27. 34. 35
R. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

Bendito eres, Señor, 
enséñame tus decretos. R.

Tus decretos son mi delicia, 
no olvidaré tus palabras. R.

Ábreme los ojos, y contemplaré 
las maravillas de tu voluntad. R.

Instrúyeme en el camino de tus mandatos, 
y meditaré tus maravillas. R.

Enséñame a cumplir tu ley 
y a guardarla de todo corazón. R.

Guíame por la senda de tus mandatos, 
porque ella es mi gozo. R.

EVANGELIO


Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10, 1-12

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordanía; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según su costumbre les enseñaba.

Acercándose unos fariseos, le preguntaron para ponerlo a prueba:

«¿Le es licito al hombre repudiar a su mujer?».

Él les replicó:

«¿Qué os ha mandado Moisés?».

Contestaron:

«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».

Jesús les dijo:

«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.

Él les dijo:

«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
Jesús, con esta instrucción nos habla, como acostumbra hacerlo Él, en términos de radicalidad, mostrando que el camino al cielo es un camino estrecho y que quien quiere ir por él no puede convivir con el pecado. Las imágenes que presenta sirven solo para ejemplificar lo duro, lo difícil y doloroso que puede ser el separarse de personas, actividades, lugares muy queridos para nosotros pero que son ocasión de pecado. 
Para entenderlo tendríamos que pensar, por ejemplo, en lo difícil y doloroso que sería dejar a un amigo o amiga de la infancia que no habiendo hecho una opción por Cristo vive bajo los criterios del mundo y cada vez que convivimos con esta persona terminamos pecando. 

Un caso que se presenta con cierta frecuencia es cuando uno de los novios se convierte, pero antes de esto, ha llevado una relación deshonrada con la novia o con el novio, especialmente en el área sexual y tienen que tomar la disyuntiva de continuar su camino cristiano o dejar al novio o la novia que no quiere aceptar el noviazgo como lo propone Jesús; hay también decisiones de trabajo, sobre todo en el área de la justicia, en donde se debe escoger entre continuar en el trabajo, que nos propone la injusticia y el pecado, o renunciar y quedar sin sustento para la familia. Todas ellas son decisiones realmente difíciles y dolorosas, pero en ellas nos jugamos la eternidad. No valoremos equivocadamente. Nada de este mundo, por muy amado que sea se compara a la dicha de vivir eternamente con Dios. Cualquier sacrificio, por doloroso que sea, vale la pena.

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