lunes, 13 de marzo de 2017

LECTURA Y EVANGELIO DE HOY

LECTURA Y EVANGELIO DE HOY
PRIMERA LECTURA
Hemos pecado, hemos cometido crímenes 
Lectura de la profecía de Daniel 9,4b-10

¡Ay, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos.
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén, y a todo Israel, a los de cerca y la los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas. Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL


Sal 78, 8. 9. 11 y 13 
R. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados.

No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; 
que tu compasión nos alcance pronto, 
pues estamos agotados. R.

Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, 
por el honor de tu nombre; 
líbranos y perdona nuestros pecados 
a causa de tu nombre. R.

Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: 
con tu brazo poderoso, 
salva a los condenados a muerte. R.

Nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, 
te daremos gracias siempre, 
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R.

EVANGELIO


Perdonad, y seréis perdonados
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 6,36-38

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El tiempo de la cuaresma nos invita a descubrirnos como pecadores, como personas necesitadas del amor y la misericordia de Dios.
Y es importante llegar a ser conscientes de esta realidad, ya que solamente cuando uno reconoce lo insignificante que es, su corazón se puede abrir a los hermanos. Ordinariamente, las personas soberbias, déspotas y egoístas no han tenido nunca la experiencia de encontrarse con sus debilidades y darse cuenta que, no sólo no son mejores que la gente a la que han juzgado o maltratado, sino que, incluso muchas veces han sido peores que los demás.
Cuando sientas el impulso de juzgar o de condenar, mira un poco en tu interior y descubrirás que no eres mejor que los demás, y que a pesar de esto, Dios te ama y te muestra su misericordia, seguramente esta mirada interior te llevará a amar, a perdonar y a ayudar a tu hermano.

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